Buen ciudadano canino
Programa intensivo
Descripción:
Un curso ideal para aquellos que buscan un mayor compromiso, conocimiento y dominio de su perro abarcando desde los buenos hábitos en el trato de su mascota hasta conseguir mayor control en los momentos más caóticos de la vida cotidiana.
Si quieres viajar con tu perro largas horas o lograr que tu canito se comporte en medio de amplias multitudes, el proceso es un arduo camino pero valdrá totalmente la pena.
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Todo aquel dueño que quiera obtener la constancia del buen ciudadano canino será sometido a un grupo de pruebas que validarán y acreditarán las cualidades necesarias que te permitirán a ti y a tu canito ser un miembro respetado de tu comunidad.
Objetivo:
Obtener un óptimo desenvolvimiento con el perro en diferentes circunstancias del entorno, logrando así incorporarlo en diferentes actividades de la sociedad sin tener algún riesgo así como generar consciencia en el tutor para el correcto manejo de su canito.
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Esto solo será efectivo si el dueño le dedica constancia y disciplina acompañado de un profesional del entrenamiento canino vinculativo, cognitivo-emocional y operante.
Requisitos:
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Cartilla de vacunación completa, desparasitación y rabia al día.
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Collar con identificación y número de teléfono.
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El tutor que reciba la formación deberá ser mayor de edad (presentar INE vigente).
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En caso de que la persona que reciba el entrenamiento sea menor de edad, deberá estar acompañado de un adulto.
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Disponibilidad de tiempo para las prácticas y diferentes lecturas.
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Si el perro muestra señales de inseguridad, reactividad o agresión se necesitará primero un proceso de modificación conductual antes de cursar este programa.
Pruebas de clasificación:
1. Aceptación de un desconocido amistoso:
El objetivo de este test determina la tolerancia del perro cuando se presenta un individuo de forma amistosa acercándose al manejador de forma natural. El evaluador se presenta de mano con el manejador mientras entablan una conversación corta.
El canito no debe presentar señales de inseguridad o timidez, tampoco puede cambiar de postura o ir hacia el evaluador.
2. Tolerancia al tacto por un desconocido:
El evaluador acaricia al perro en su cabeza y/o cuerpo mientras el canito permanece sentado al lado del manejador. El canito puede aceptar las muestras de cariño pero no puede mostrar comportamientos de miedo o resentimiento.
3. Higiene y cepillado.
En este test se demuestra la aceptación del perro ante una examinación en una distancia crítica cómo el cepillado y revisión de las extremidades de su cuerpo, situaciones tal cómo la interacción con un veterinario, la persona que lo asea o algún amigo del dueño, puedan hacerlo. El evaluador inspecciona al perro luego lo cepilla y finalmente examina con delicadeza las orejas y las dos patas delanteras.